– “Quiero iniciar una actividad de recuperación y de restauración de…” – “Tengo un proyecto de alquiler de…” – “Estoy pensando en organizar actividades de sensibilización para reducir…”
Dentro de la economía social y solidaria (ESS), muchos proyectos que acompañamos nacen bajo los principios de la economía circular. Es decir, en su visión, misión y valores ya viene integrada la economía circular como marco de acción. Reducir, Reutilizar, Reciclar (y todas las demás R que están detrás de ésta) son acciones esenciales del objeto de la actividad.
Sin embargo, estos casos son concretos y suelen limitarse a proyectos directamente vinculados con este tema. Proyectos enfocados a la gestión directa o indirecta de alguna forma de residuo material o energético. En realidad, circularizar consiste en optimizar al máximo el uso de los recursos. ¿Y qué actividad funciona sin recurso alguno? Si la respuesta es ninguna, ¿por qué esta perspectiva no está más generalizada?
Para todos aquellos que ni conocen ni se habían planteado poder circularizar aspectos de su negocio va ese texto.
¿Qué es la economía circular?
La economía circular es una forma de diseñar, producir, fabricar, consumir enfocada a suprimir el residuo. La Fundación Ellen MacArthur ha desarrollado el concepto y la define de la siguiente forma:
Una economia circular està basada en els principis de supressió del residu i de la contaminació, mantenint en ús productes i materials i regenerant els sistemes naturals (Ellen MacArthur Foundation).
El concepto de residuo se encuentra pues en el centro de este cambio de paradigma: de un sistema de diseño, producción y consumo lineal (extraer-fabricar-consumir-lanzar) a un sistema circular en el que el concepto de residuo no tendría cabida .
¿Y qué es un residuo? Por decirlo simplemente, un residuo sería lo que no tiene valor. En realidad, se trata de una externalidad negativa de ese sistema lineal que hemos mencionado.
La lógica de la economía circular pretende suprimir esta externalidad negativa recirculando de nuevo los residuos en los procesos de producción. Lo que para mí es un residuo (lo que para mí no tiene valor), para otro puede ser un ingrediente, un material sobre el que desarrollar su actividad. Así, como en la naturaleza, en los sistemas de producción y consumo humanos la noción de residuo desaparecería. Se trata de alargar la vida útil de los recursos, cuidarlos, para reducir la necesidad de extraer materias primas y facilitar su regeneración.
Los recursos de la ESS
La ESS es aquella economía que sitúa a la persona (la vida) en el centro. Cualquier proyecto de ESS, con o sin ánimo de lucro, debe tener pues un impacto social: debe contribuir a generar trabajo de calidad, su misión debe ser la de redistribuir de la mejor manera la riqueza en el territorio, reforzar los vínculos entre personas (físicas y jurídicas), romper barreras sociodemográficas, valorar las tareas reproductivas y facilitar que las personas tengan capacidad de decisión sobre las políticas y los fenómenos que les afectan. Debe servir, en definitiva, para suprimir la pobreza generando economía y democracia reales y debe estar anclada en un territorio concreto con el que se nutren mutuamente.

Desde Facto, entendemos la ESS como una herramienta para repensar la forma de producir, trabajar, consumir y participar. La economía circular funciona de la misma forma. Se trata de una herramienta transversal que puede proporcionar estrategias para gestionar mejor los recursos en todas las fases y dimensiones de un proyecto. Además ambas herramientas serían transversales con la innovación social, que genera soluciones innovadoras a problemas ambientales y sociales.
A pesar de compartir los valores, los proyectos que acompañamos desde Facto son muy diversos en su composición y objeto. Todos tienen como recurso esencial a las personas. Todos están localizados en algún lugar y, por tanto, necesitan espacio, energía y (a menudo) agua. Algunos producen y necesitan materias primas. Otros servitizan y necesitan materiales para garantizar la calidad del servicio (piezas de repuesto, medios de transporte, servidores informáticos). Todos tienen conciencia de los límites medioambientales y todos quieren contribuir a construir un mundo mejor. Algunos son abanderados de la economía circular. Otros la practican sin saberlo.
Circulizante
Como empresa participante de un sistema económico que coloca a la persona (en la vida en general) en el centro, pensamos que los principios y herramientas de la economía circular pueden y deben ser aplicados a cualquier negocio, potenciando el cuidado de los recursos utilizados (empezando por los recursos humanos). En este sentido, trabajamos para aplicar estrategias de circularización para reducir, no sólo los residuos, sino también la pobreza, en una lógica que autores como Alejandro Lemille definen como economía circular 2.0.
A modo de ejemplo, Facto acompaña a la cooperativa Escola Gregal SCCL en el marco del programa Pla de Barris del Ayuntamiento de Barcelona en el barrio del Besòs-Maresme (distrito de Sant Martí). Se trata de un acompañamiento estratégico de su proyecto de comedor solidario , servicio que aparece en 2012 como respuesta ciudadana de urgencia ante el impacto de la crisis económica en este barrio y que cuenta hoy día con el reconocimiento y el apoyo del administración pública.
Con la actual crisis sanitaria, el servicio de comedor solidario ha sido reemplazado por un servicio de distribución de comidas a llevar. Es en este momento que Gregal inicia el programa «Gregal reutiliza por la vida», distribuyendo comidas en envases reutilizables e instalando un servicio de retorno y desinfección de los envases. Con este programa, han conseguido 1) minimizar el impacto ambiental del servicio de distribución de comidas (reduciendo la generación de residuos), 2) limitar los costes de tener que adquirir envases para poder asegurar el servicio que ofrecen a casi 250 personas diarias y 3) responsabilizar (con éxito) a las usuarias del cuidado y del retorno de estos envases, desmontando así prejuicios respecto a la actitud de la población más vulnerable y cuidando al mismo tiempo el estado de limpieza y bienestar del barrio.
Éste es un ejemplo de cómo cualquier actividad, aunque su objeto principal no se presente directamente como vinculado a la economía circular, puede circularizar algunos procesos, contribuyendo así a la sostenibilidad de los proyectos en todas sus dimensiones (sociocultural, económica y medioambiental ).
Es desde esta perspectiva que desde Facto proporcionamos asesoramiento tanto para circularizar aspectos de los proyectos de ESS y incrementar el impacto social de proyectos de economía circular, como para ofrecer estrategias de mejora ambiental y social de cualquier proyecto que quiera ser realmente transformador y contribuir a la construcción de una sociedad más solidaria y consciente de sus límites y necesidades.
La pobreza es una externalidad (un residuo) más que la economía circular debe suprimir. Las personas son un recurso que cualquier tipo de economía debe cuidar. Trabajar sobre estas premisas, generar economía real y con impacto positivo, es la única manera de avanzar en esta crisis que vivimos y que no hace más que empezar.