¿Por qué deberíamos prototipar?
En el contexto de incertidumbre actual, avanzar si una idea o producto funcionará es más difícil que nunca. Vivimos inmersos en un momento de cambio y volatilidad en el que preguntarnos ¿se puede hacer esto? no es tan importante como preguntarnos “ el usuario, la sociedad, ¿necesita esto? ”. Más del 40% de los proyectos de emprendimiento fracasan precisamente por este motivo, nadie quería lo que se ofrecía.
En este contexto, desde Facto Cooperativa apostamos por el prototipado de ideas y nuevas líneas de negocio en contextos emprendedores. Pero, ¿qué es prototipar? ¿Es una fase específica dentro del proceso de emprendeduría? ¿Sirve sólo para testear una idea o un producto creado?
La tendencia de entender el prototipado desde su versión más industrial (crear un dispositivo para validar o testar si funciona una solución que uno ha creado) sigue todavía muy extendida, según esta concepción el prototipado queda enmarcado en una fase concreta del proceso emprendedor y en definitiva sirve para comunicar algo ya pensado y diseñado que se pone a prueba en un contexto real (se valida), para corregir posibles fallas antes de lanzar la versión definitiva.
Nosotros entendemos que prototipar no debe vincularse exclusivamente a validar lo ya concebido, sino a experimentar y co-crear partiendo de modelos no acabados con el usuario, con la comunidad. Desde este punto de vista, los prototipos no son una actividad que permanece contextualizada en una etapa del proceso emprendedor, sino que se perciben como una herramienta que puede ser empleada constantemente. El momento de gestar la validación final siempre va a llegar, pero es un estadio posterior al del prototipado iterativo que nos hace avanzar para diferentes momentos de co-creación.
Prototipar para decidir qué construir no es lo mismo que prototipar para saber cómo construirlo. Emplear prototipos a través de todo el proceso de diseño y no sólo en una fase específica del proyecto emprendedor es una buena manera de poner a la persona, al usuario, a la sociedad en el centro. Los prototipos son una herramienta, no una etapa que sigue una lógica secuencial.
Una vez que se asimila el prototipado como un dispositivo para experimentar, aprender y poner la vida y las personas en el centro (y no para comunicar y/o probar lo que ya se ha decidido previamente) se pueden asumir premisas que cambian la naturaleza del proceso: prototipar por visualizar conceptos, por contrastar hipótesis, por testear su puesta en marcha.
Además de la ventaja de trabajar en colaborativo y de fallar rápidamente para acertar temprano, el prototipado iterativo nos facilita el contacto con una forma de trabajo a la que no estamos acostumbrados: “pensar con las manos”, contrastar con la realidad, ejecutar para poder seguir pensando, estableciendo un puente con el usuario y con la sociedad acorde con la co-construcción y la explicación o entendimiento de las ideas, para que todos asimilemos mejor desde la dimensión tangible.
Desde Facto Cooperativa facilitamos procesos de innovación social que gestan el prototipado aprovechando la inteligencia colectiva. Actualmente tenemos la oportunidad de compartir nuestros métodos y herramientas en el marco de un proyecto europeo, Resonate , donde tenemos el placer de intercambiar experiencias, buenas prácticas y conocimientos con dos laboratorios de innovación social: Social Business Club Styria (Austria ) y Fondazione Giacomo Brodolini (Italia). A través de este viaje de dos años que apenas iniciamos, aprendemos conjuntamente a saber aprender. A partir de este intercambio, una entidad como la nuestra, experta en acompañar a emprendedores y profesionales para que hagan realidad sus proyectos, prototipa su forma de hacer, en un constante proceso iterativo de revisión, mejora y contraste, siempre sobre el principio de situar la vida en el centro.