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EMPRENDIMIENTO SOCIAL Y PERSPECTIVA DE GÉNERO: RETOS Y OPORTUNIDADES
El tejido social y económico de las sociedades industriales ha sido modelado por el trabajo diario no reconocido de las mujeres, principalmente en tareas reproductivas y de cuidados. A pesar de que las mujeres han aumentado su participación en el mercado laboral, esta continúa siendo inferior a la de los hombres, con una mayor vulnerabilidad laboral.

Gresodi: Fomentando el Emprendimiento Inclusivo para un Futuro Sostenible

Desafíos y Estrategias para un Futuro Más Igualitario

El trabajo no reconocido de las mujeres en tareas de cuidados ha modelado la sociedad industrial. Aunque hay un aumento en la participación laboral femenina, persiste la desigualdad de género y la vulnerabilidad laboral. La promoción del emprendimiento puede favorecer nuevas iniciativas económicas, pero persisten las desigualdades en las horas de trabajo remunerado y no remunerado. A pesar de la intención de emprender, las mujeres continúan en desventaja. Las políticas de emprendimiento no han sido suficientemente efectivas, con obstáculos administrativos y financieros. Es crucial, pues, buscar apoyos, recursos y abogar por cambios estructurales que fomenten un entorno empresarial más justo.

Emprendimiento social y perspectiva de género: retos y oportunidades

El tejido social y económico de las sociedades industriales ha sido modelado por el trabajo diario no reconocido de las mujeres, principalmente en tareas reproductivas y de cuidados. A pesar de que las mujeres han aumentado su participación en el mercado laboral, esta continúa siendo inferior a la de los hombres, con una mayor vulnerabilidad laboral. La promoción del espíritu emprendedor entre las y los jóvenes podría llevar a la creación de nuevas iniciativas económicas, como microempresas o trabajo autónomo, fomentando modalidades de trabajo más flexibles y adaptadas a las necesidades de cuidados de hombres y mujeres.

Pero… ¿y las desigualdades?

Teniendo en cuenta la diferencia en las horas dedicadas al trabajo remunerado entre hombres y mujeres, si se considera el total de horas trabajadas, incluyendo las tareas no remuneradas, se invierte la tendencia. La desigual distribución de los trabajos de cuidados afecta la participación en actividades públicas y la formación profesional, en este último caso de manera altamente segregada. En España, esta distribución se ha mantenido en la última década, con una diferencia de tiempo dedicado al trabajo productivo y reproductivo, este último caracterizado para ser repetitivo, sincrónico y de mayor intensidad.

En el ámbito del emprendimiento femenino, la recesión económica ha impactado negativamente, con una disminución del número de emprendedoras. La percepción de los valores emprendedores es similar entre géneros, pero las noticias positivas sobre el éxito emprendedor de las mujeres son menos difundidas. La participación masculina predominante en actividades emprendedoras se atribuye a barreras sistemáticas en el acceso a oportunidades equitativas y a los roles sociales de género.

Según los datos del GEM (Global Entrepreneur Monitor), el 6% de la población española adulta estaba iniciando un nuevo proyecto empresarial de menos de tres años y medio de vida en 2022 (un porcentaje similar al de 2019) antes de la crisis sanitaria y la invasión de Ucrania. Además, el porcentaje de personas con la intención de emprender en los próximos tres años, un 9,4%, es lo más alto desde 2012.

A pesar de las políticas existentes, la intención de emprender es menor en el ámbito rural y todavía más entre las mujeres (gráfico), destacando la necesidad de enfocar las estrategias para abordar las desigualdades de género en este contexto.

 

 

La tasa de actividad emprendedora reciente (TEA) en Cataluña es del 7,3% por los hombres y del 6,5% para las mujeres, mientras que el emprendimiento potencial es del 10,4% por los hombres y del 9,4% para las mujeres. En el ámbito rural, el 7,1% de la TEA se encuentra en comparación con el 6,9% en el ámbito urbano. Dentro del ámbito rural catalán, el 7,4% de los hombres y el 6,8% de las mujeres están involucrados en actividades emprendedoras recientes.

 
Estancamiento en el Emprendimiento

Los datos demuestran una tendencia preocupante en el emprendimiento femenino. A pesar de los esfuerzos para fomentar la participación de las mujeres en el sector empresarial, las ayudas disponibles suelen ser insuficientes y los obstáculos administrativos demasiados abundantes. Además, los costes iniciales de iniciar una nueva empresa a menudo son prohibitivos para muchas mujeres, especialmente aquellas con recursos financieros limitados. Esto resulta en un estancamiento en el número de mujeres que se lanzan a la aventura empresarial, con un impacto negativo en la diversidad y la dinámica del mercado laboral.

 
Políticas de emprendimiento: una crítica

A pesar de los esfuerzos para implementar políticas de emprendimiento con perspectiva de género, muchas de estas iniciativas no han sido suficientemente eficaces. La carencia de ayudas financieras, los trámites burocráticos complicados y otras barreras administrativas dificultan el acceso de las mujeres a la financiación y a los recursos necesarios para iniciar y hacer crecer sus negocios. Además, la carencia de apoyos específicos para abordar las necesidades y desafíos de las mujeres emprendedoras hace que muchas se desanimen en su camino hacia el éxito empresarial.

 
Estrategias para el empoderamiento

A pesar de las dificultades, hay varias estrategias que las mujeres emprendedoras pueden adoptar para superar las barreras de género y conseguir el empoderamiento en el entorno empresarial. Es importante buscar apoyos y recursos disponibles, como redes profesionales, programas de mentorizado y ayudas financieras específicas para mujeres empresarias. Además, es crucial abogar por políticas y cambios estructurales que promuevan la igualdad de género y la conciliación entre la vida laboral y personal. Mediante la educación, la sensibilización y la movilización comunitaria, las mujeres emprendedoras pueden hacer oír sus voces y contribuir a la creación de un entorno empresarial más inclusivo para todo el mundo.

En resumen, superar las barreras de género en el emprendimiento requiere un enfoque integral y colectivo. Con el apoyo adecuado y un compromiso continuo con la igualdad de género, podemos construir un futuro donde todo el mundo tenga las mismas oportunidades de éxito, independientemente de su género.

 

 

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